Se acercan las fechas del tradicional debate anual sobre el estado de la nación. Es curioso que ¿nuestros? políticos se reúnan para hablar de cómo va la nación, en lugar de hablar de cómo nos va a sus ciudadanos. Como si la nación fuera una entelequia que tiene sentido sin el pueblo, aunque pensando bien el papel al que hemos quedado renegados por los mercados, puede ser que el nombre este muy bien escogido.
Se ponen de acuerdo en un debate al que no hemos sido invitados. Quizás por eso los asuntos a debatir están tan lejos de la calle. En ningún caso preguntan cuales son los temas que preocupan a aquellos a los que dicen representar, que realmente son aquellos que cada cuatro años les dan carta blanca. No preguntan, porque si discutieran sobre los temas que nos preocupan, seguramente no habría mucho debate. Necesitan tener el monopolio de las cuestiones a debatir para poder escenificar un desacuerdo, para poder crear la ilusión de que unos y otros son diferentes y que tiene sentido elegirlos cada cuatro años. Con este circo se entretienen ellos y sus voceros en nómina, los supuestamente independientes medios de comunicación, que nos transmiten los temas importantes y las diferencias que defiende cada partido.
Sin embargo, cada vez que vemos a los grandes líderes políticos y a sus respectivos coros de plañideras en esas bancas, no podemos evitar sentir un vacío enorme. Qué bonito sería poder ver un debate sobre la ciudadanía, un debate del pueblo sobre el estado de las cosas que nos preocupan. Por suerte llegan los tiempos de dejar de pedir y esperar para tomar y hacer. Por eso hemos decidido regalarnos el debate que nos merecemos, el debate donde se tratan nuestras preocupaciones reales, los problemas de fondo y las soluciones realizables que tenemos al alcance de las manos. Les dejamos a ellos y sus voceros entretenerse en el circo, nosotros y nosotras no tenemos tiempo que perder.
Es por eso que, mientras el circo tiene lugar en el Congreso de los Diputados donde nos dicen representar, vamos a hablar sobre economía, derechos sociales, política y ciudadanía a escasos 300 metros. 300 metros que simbolizan la enorme brecha entre una clase política que solo le interesa gobernar de espaldas a su ciudadanía y un pueblo que decide ser protagonista de su propio destino.
Apaga la tele, cierra el periódico, ven a discutir constructivamente con nosotras.
Días 29 y 30 en sol.
Día 29 – 19 hs ECONOMIA;
DERECHOS SOCIALES
Día 30 – 19 hs POLITICA;
CIUDADANIA